Le Mans: Audi y Peugeot. Crónica de 24 horas
Data: 16/06/2008 18:35
No hay palabras que sean capaces de describir la 76ª edición de las 24 horas de Le Mans de este fin de semana pasado. Un espectáculo memorable en la que dos equipos, Audi y Peugeot, protagonizaron una de los mejores ediciones de las que se tienen memoria. Para apuntar el detalle del nivel y ritmo protagonizado por los Audi R10 TDI y Peugeot 908 HDI apuntar el hecho que ha sido la cuarta edición de la historia con más kilómetros recorridos por el ganador, 5.192,65 kilómetros, sólo por detrás de las de 1971, victoria del Porsche 917K de Helmut Marko y Guijs van Lennep, 1988, Jaguar XJR-9 de Jan Lammers, Johnny Dumfries y Andy Wallace, y 1989, con el Sauber C9 de Jochen Mass, Manuel Reuter y Stanley Dickens.
Sin duda alguna esta auténtica lucha contrarreloj llevada a cabo por los pilotos de ambas formaciones pasará a la historia, quizás no con el mito de lo ańejo que tiene hoy en día la de 1969 de Jacky Ickx/Jackie Oliver con el Ford GT40 frente al Porsche 908 de Hans Herrmann/Gerard Larrousse pero estará cerca. Seguro que en el futuro, con la perspectiva de entonces, ańoraremos y recordaremos la épica carrera de este fin de semana. Una carrera apretadísima y con los nombres de los protagonistas, Tom Kristensen, Rinaldo Capello, Allan McNish, Marc Gené, Jacques Villeneuve y Nicolas Minassian pasando a formar parte de la historia de la carrera como los de Ickx, Oliver, Larrousse y Herrmann antes mencionados o los Denny Hulme, Bruce McLaren, Chris Amon, Ken Miles, Derek Bell, Jean-Louis Lafosse, Vern Schuppan, Al Holbert, Klaus Ludwig, Eric Helary, Geoff Brabham, Teo Fabi, Yannick Dalmas, Thierry Boutsen, Hurley Haywood, Eddie Irvine, Jeff Krosnoff, Bob Wollek, Hans Stuck, Davy Jones, Michele Alboreto, Stefan Johansson, Stephane Ortelli o Laurent Aiello que, con hazańas parecidas, ya figuran con letras de oro. Destacar además que para Capello y Kristensen, la de 2008, no es la única victoria lograda por un suspiro, pues ya en 2004 con un Audi R8 del Team Goh entraron en meta ex aequo con el Audi R8 de Veloqx. Para McNish suponía su segunda victoria en la carrera gala tras la lograda en 1998 con Porsche.
Sirva también esta crónica que publicamos hoy en SportMotores.es, además de para ensalzar a los protagonistas de la gesta, para analizar, en la medida de lo posible, en qué apartados clave Audi supo destacar para llevarse a Ingolstadt la victoria. Mucho se ha hablado esta últimas horas de fiabilidad, lluvia, experiencia,... Intentaremos desgranar algo más de las posibles claves para que Audi se haya llevado su octava victoria en Le Mans.
Sin duda alguna uno de los puntos clave estuvo en el trabajo desde el pit-lane Aquí se fraguaron muchos de los puntos que dieron finalmente la victoria a Audi, la eficacia de éstos en los repostajes y sobre todo en una visión de carrera, fruto de la experiencia, más preclara.
Las paradas en boxes fueron mucho más eficientes por parte de Audi, ver a los mecánicos de los alemanes sincronizado como un ballet por la más alocada postura de los franceses hacía presagiar algo de lo que posteriormente ocurriría. A decir verdad Peugeot debería haber ensayado mucho más este punto, quizás el único defecto realmente claro que se les puede achacar. Realmente debieron haber aprendido en los dos ańos, con éste, que han estado en la resistencia. Aunque es comprensible porqué no lo han aprendido. En 2007 en el campeonato LMS tenían un coche extremadamente rápido frente al resto de privados, por lo que el tiempo que pudiesen perder en boxes comparativamente respecto a ellos era irrelevante, y en Le Mans frente a Audi nunca tuvieron posibilidades reales de vencer, por lo que no prestaron especial atención a ello.
Sin embargo en este 2008 han tenido un serio aviso por parte de la marca alemana en las tres carreras del LMS que han precedido a Le Mans. Con un coche notoriamente más lento que el 908 HDi, Audi ha conseguido poner en apuros en todas y cada una de las carreras a Peugeot. Estrategia. Saber identificar las virtudes y defectos de uno mismo y del rival para usarlos en provecho propio. Eso es lo que ha hecho Audi. El Audi R10 tiene, por construcción, una ventaja estructural fundamental con respecto al Peugeot 908: ser un prototipo abierto. Éste hecho aparentemente sin importancia facilita los cambios de piloto y ayuda a ahorrar tiempo, parte de la victoria en Le Mans de 1999 de BMW con el V12 LMR frente a Toyota con el GT-One se le puede achacar a este hecho, pero que al ojo inexperto es totalmente carente de importancia.
Otro punto a favor de Audi frente a Peugeot es la autonomía, el R10 TDI puede alargar una o dos vueltas más sus repostajes con respecto al 908. No hay duda de que el coche francés es más rápido, tiene mayor soporte aerodinámico sus 15km/h más en las curvas Porsche así lo atestiguan- y mayor potencia, pero todo esto implica un mayor consumo que ańadiéndolo a paradas en boxes más lentas comienzan a hacer de tu objetivo, la victoria, un imposible.
Hay otro pequeńo detalle, los pilotos. Audi desde 1999 ha confeccionado, heredada de su programa en competiciones de turismos, una suerte de legión extranjera de pilotos con una experiencia en Le Mans insuperable. Los Kristensen, McNish y Capello junto a los Frank Biela, Marco Werner, Emanuele Pirro o Lucas Lühr suman muchas victorias en esta carrera, y aúnan rapidez e inteligencia, esto es saber cuando es el momento para atacar. Los seis horas de Kristensen y McNish en la madrugada-mańana del Domingo son de las que te hacen ganar una carrera. Frente a esto Peugeot tiene que ofrecer pilotos rapidísimos, pero que en su gran mayoría tienen una experiencia mucho menor en las 24 horas de Le Mans. Los pilotos más rápidos de Peugeot estaban desperdigados por los tres coches, seguramente por la desconfianza que tenían de la fiabilidad -de la que ahora hablaremos- de los coches y que hacía que fuesen tres equipos muy similares entre ellos pero algo descompensados en su resultado final. Además no estaban bien compuestos por algo, a priori también tan nimio, como la propia constitución física de los pilotos. Generalmente los pilotos de un mismo equipo suelen ser de alturas muy similares ya que facilita los cambios, en el caso de Villeneuve necesitaba de su propio backet que hacía sus paradas ligeramente más lentas... aún. Imaginen, diez minutos más paró el segundo clasificado en boxes que el primero. ¿Se podrían haber ahorrado algunos segundos con todos los detalles que hemos mencionado? Estamos seguro de ello.
Hablábamos de la fiabilidad de los coches franceses. Antes de la carreras en SportMotores.es hacíamos referencia a las palabras de Bruno Famin, responsable técnico de los 908, en una entrevista mostrando su preocupación a que los coches no habían superado los tests de 24 horas realizados. Es más, tenía muchas dudas de que sus coches pudieran terminar la carrera. Es probable que durante las horas nocturnas, cuando apareció la lluvia, cundiese la alarma por un problema de sobrecalentamiento en el motor de uno de los Peugeot y capasen parte de las prestaciones para intentar acabar y haciendo, aún más difícil, la victoria. Aunque es verdad que en general, los 908 han sido muy fiables no teniendo problemas realmente graves ni el segundo ni el tercer clasificado y solamente el #8 como centro de atención de estos incidentes mecánicos, que a pesar de todo le valieron para acabar quinto.
Hemos mencionado la lluvia. Éste fue el elemento definitivo que decantó de forma definitiva la victoria para Audi. Hasta la aparición de la misma, a pesar de todo lo mencionado anteriormente, Peugeot, con el #7, aventajaba en 12 horas de carrera en una vuelta al Audi #2. Es decir, había conseguido compensar todas sus desventajas. Sin embargo desde que se mojó el asfalto Audi comenzó a recortar segundos uno tras a otro, hasta 4 por vuelta, que hizo que la ventaja se diluyese. La mejor adaptación del R10 estaba motivada principalmente por el mejor tratamiento que daba a los neumáticos, mientras el Peugeot, según reconocía el mismo Gené, destrozaba los neumáticos de lluvia y hacía incluso más acuciantes los pit-stops. De nuevo las paradas en boxes. Al parecer Audi había tenido la precaución, dado que había previsión de lluvia en algún momento de la carrera, de encontrar unos reglajes en las suspensiones que fuesen competitivos en seco pero también en agua.
Otro punto clave fue la dirección desde boxes. Hombres más expertos como Wolfgang Ullrich, Reinhold Jöest o Ralf Jüttner supieron sorprender una y otra vez a Serge Saulnier y Michel Barge. Los relevos cuádruples de los pilotos de Audi seguro que nadie se los esperaba en Peugeot durante toda la carrera, cuando lo elemental hubiese sido sólo hacerlos por la noche. La estrategia más criticada de ellos, el uso de neumáticos slicks con lluvia una vez por la noche con Villeneuve y otra por la mańana con Minassian-, fue quizás la que menos merece serlo por valiente y porque cuando se quiere vencer hay que usar una estrategia diferente, probar algo nuevo, de quien tiene la ventaja en unas determinadas condiciones, como era en este caso.
No podemos terminar esta crónica sin hacer una sucinta referencia al último de los parámetros: la suerte. Ésa que te hace estar en el lugar y momento adecuados. A la lluvia ha que ańadir el hecho de que los problemas mecánicos también afectaron a Audi... pero no en el ganador sino en sus coches #3 y, sobre todo, #1. No podemos dejar de mencionar tampoco cuán afortunado era Kristensen cuando, de buena mańana, impactaba con el Zytek 07S-Zytek de Barazi Epsilon sin sufrir el más mínimo dańo y perdiendo apenas quince segundos, cuando lo normal hubiese sido una parada de emergencia que, con Peugeot a dos minutos en ese momento, les habría dejado a los franceses con la victoria ad portas. Peugeot no tuvo problemas graves pero sí pequeńos incidentes que le hicieron perder más tiempo: un pinchazo, un minuto perdido para limpiar los radiadores del coche, algún trompo,... Futesas que significan una victoria.
Terminamos aquí nuestra crónica en SportMotores.es con una reflexión. Al que firma este artículo no deja de inquietarle cuál sería su pensamiento de ser el Dr. Ullrich: "...y a pesar de todo sólo vencimos por una vuelta".
Christian Traginer para Sportmotores.es